Movilidad urbana
La mentira de los monopatines Daihatsu: una estafa comprobada

Periodista y Director de Newstad

Ni la batería, ni la durabilidad, ni el peso soportado. Un producto que no cumple.
Hay algo que siempre me llamó la atención: la pasividad del consumidor en Argentina. Pagamos internet que se corta, expensas de encargados que no hacen, tickets de avión que no salen, todo es normal en Argentina. Parece ser que lo esperable y correspondiente es que nadie cumpla con nada, total el país se rompió y con él la palabra, eso que existía y regía la vida civil. Este es un simple caso que seguramente resuelva en la Justicia pero que elegí no dejar pasar.
Cuando la Ciudad de Buenos Aires terminó por colapsar y los más de tres millones de bonaerenses que vienen a trabajar, educarse y curarse por día se incrementaron, decidí cambiar la forma de moverme para llegar antes y no estresarme manejando. Así empezó esta estafa.
Daihatsu ofrece modelos más económicos de monopatines, pero como el modelo que necesitaba yo era el que soporta hasta 120 kilos y mayor potencia, invertí más plata para tener ese producto y resolver mi movilidad. El día que lo compré, hice unas pocas cuadras y se bajó una rueda. Me llamo la atención, pero pensé que tal vez son esas situaciones que suceden un día y aduje mala suerte. Gasté unos 40 mil pesos en cambiar la cámara porque no estaba pinchada la rueda, se había roto la cámara. Ahí me enteré de la estafa.

Lo dejé de usar unos días porque tenía reuniones lejos y no quise exigirlo, y a las dos semanas lo volví a usar. Hice cuatro o cinco viajes y se volvió a pinchar. Más allá de que me hizo llegar tarde, caerme en la calle y ensuciarme y romper un pantalón, lo llevé de nuevo a arreglar, pero esta vez a una casa especializada para tener un diagnostico preciso del problema.
Fui hasta el local que arreglan únicamente productos de este tipo que es Vinolo, en la avenida Córdoba, donde los que trabajan ahí entienden mucho del tema, manejan marcas, características, precios y modelos con mucho conocimiento. Cuando llevé mi monopatín, me dijeron: “pero esto es Daihatsu para 90 kilos, no te va a servir”. Les expliqué que lo había comprado únicamente porque el producto confirmaba que soportaba hasta 120 kilos de carga.
Me explicaron que de ninguna manera el producto Daihatsu podía tener una autonomía de hasta 30 kilómetros ni cargar remotamente 100 kilos, ni pensar en 120 kilos que es lo que afirma el manual y la publicidad del monopatín. Es decir, el único motivo por el cual había invertido en un monopatín, no tenía la remota posibilidad de cumplirlo.

Así, les pregunte en el local de Vinolo, que es impecable y esta lleno de productos que soportan 120 kilos y más también, qué tenía que hacer. Me contestaron que nada, que no había forma de que ese monopatín Daihatsu sirva para mover 105 kilos y mucho menos 120 kilos como decía el manual. Ahora entonces tengo por tercera vez cambiada la cámara, es decir, gasté más de cien mil pesos y perdi parte de tres jornadas de trabajo, rompí un pantalón y esencialmente sigo sin poder un monopatín que cumpla con los requisitos.
¿Defensa al Consumidor, Daihatsu... alguien se hace cargo de las estafas a los clientes? ¿Cómo puede estar en el mercado, publicado y a la venta un producto que es una estafa a todas luces y certificado por especialistas? ¿No tiene consecuencias legales incumplir así y jugar con la buena fe de los clientes?