Tema tabú del kirchnerismo
La cancillería de Jorge Taiana: 5 años de relaciones carnales con la dictadura chavista

/https://newstadcdn.eleco.com.ar/media/2025/10/taiana_chavez.jpeg)
Le tocó tratar con quien era el canciller de Hugo Chávez, precisamente Nicolás Maduro. Ahora, el candidato sigue sosteniendo que en Venezuela hay una "democracia con fallas".
Aunque el kirchnerismo cambie sus disfraces y estética para cada elección, nunca podrán esquivar un tema incómodo: Venezuela. Así quedó demostrado, una vez más, durante una entrevista al candidato y excanciller Jorge Taiana.
Para el candidato de Fuerza Patria, Venezuela “tiene un sistema de democracia que tiene una serie de fallas". Durante una entrevista en Cenital, el exvicecanciller siguió dandole vueltas a lo evidente: “Hubo elecciones, hay candidatos opositores que ganan y hay denuncias muy fuertes de un sector grande de la oposición de que no se cumplieron requisitos para elecciones transparentes”.
Y para que siga quedando claro, tiró la pelota afuera y apuntó contra Estados Unidos: “También concentrémonos en otro problema que hay en Venezuela, que es que hay una semiamenaza de intervención de EE.UU., que ha dicho que puede hacer acciones militares con fuerzas armadas en otros países para atacar el narcoterrorismo. Anunciaron que podrían hacer acciones en México”.
Volviendo a las recientes declaraciones del candidato, lo que queda claro es que la existencia de presos políticos, desaparecidos, persecución, censura, centros clandestinos de detención y tortura, son para Taiana simples “fallas” de una democracia.
Cabe recordar, por lo tanto, que durante los años en que Jorge Taiana ocupó el Ministerio de Relaciones Exteriores, la política exterior argentina mantuvo una cercanía sin matices con el gobierno de Hugo Chávez. Bajo el argumento de la “integración regional” y la “cooperación entre pueblos hermanos”, se firmaron convenios que implicaron compromisos económicos millonarios y un alineamiento político con un régimen que ya mostraba claros signos autoritarios.
En agosto de 2008, Taiana encabezó junto a Chávez una serie de acuerdos empresariales que buscaban promover la “complementación productiva” entre ambos países. Según informó en aquel momento Infobae, se firmaron cinco convenios que involucraban a organismos públicos y empresas privadas argentinas en áreas como maquinaria agrícola, energía, ciencia y tecnología. El plan incluía la participación de más de 50 PYMES argentinas y operaciones por unos 130 millones de dólares.
“Es un paso más hacia la integración de América Latina”, declaró Taiana entonces. Pero detrás del discurso integrador, el vínculo con Caracas se convirtió en una herramienta de legitimación política del chavismo, que ya había consolidado el control del poder, restringido libertades civiles y perseguido a la oposición.
Cooperación o complicidad
El propio portal de la Cancillería argentina daba cuenta de reuniones frecuentes entre Taiana y su par venezolano, Nicolás Maduro, en las que se hablaba de “unidad regional”, “complementación política” y “solidaridad ante la crisis global”. En esos encuentros también se suscribieron convenios culturales y educativos, además de acuerdos diplomáticos que reforzaban la cercanía bilateral.
Mientras organizaciones internacionales alertaban sobre las violaciones a los derechos humanos en Venezuela, la diplomacia argentina evitaba cualquier señal de crítica. En cambio, Argentina se convirtió en un socio activo del chavismo, incluso en foros multilaterales donde otros países de la región comenzaban a marcar distancia.
Años más tarde, aquella política exterior sigue siendo objeto de cuestionamientos. Lo que se presentó como un ejemplo de integración suramericana terminó consolidando una dependencia ideológica y económica con un régimen que hoy es considerado una dictadura por la mayoría de los organismos internacionales.
La gestión de Jorge Taiana al frente de la Cancillería marcó uno de los momentos más estrechos en la relación entre la Argentina kirchnerista y la Venezuela chavista. Una etapa en la que los límites entre la diplomacia y la adhesión política se diluyeron peligrosamente.