Una revolución en marcha
La Base está

Escritor.

Mientras algunos se aferran a sus kioscos, la Ley Bases avanza como el eje de un país que busca salir del saqueo.
Allá lejos y hace tiempo, formé parte desde el inicio del armado de la Ley Bases, ese proyecto de país diseñado por el gran Federico Sturzenegger.
Esas 1.500 páginas que desde lo ético deberían haber sido aprobadas por el Congreso ni bien Javier Milei asumió. Porque fue lo que el 56 % de la población votó. Y porque la tradición indica que al presidente cuando asume se lo ayuda a gobernar, al menos en el primer año.
Pero de manera inédita, el Congreso se opuso de entrada al proyecto de país que había votado la gran mayoría.
Consecuencia de eso, Milei tuvo que negociar con los maxikiosqueros de siempre para al final presentar, en absoluta minoría, una alternativa: 300 páginas que quedaron reducidas a menos de 100. Un 7 % de la Ley original. La mezquindad de los maxikiosqueros presente.
Desde el principio estaba más que claro que esta Ley, que viene a sacar al país de un continuo estancamiento y saqueo que lleva mínimo 80 años, iba en contra de los intereses de esos maxikiosqueros a quienes se les estaba pidiendo que la apoyaran.
Era obvio que NO se iban a poner a cantar:
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi kiosco hoy.
Muy por el contrario se pusieron a cantar:
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi golpe hoy.
Y por eso comenzaron, desde el día uno que asumió Milei, a comer pochoclos esperando, más bien deseando, que Javier se cayera.
Los más obvios fueron como siempre los peronistas con sus perionistas en los medios.
Poco a poco se sumaron los radikales con ka, que formaban parte de Cambiemos.
Y ahora vemos cómo se sumaron los del PRO, que comenzaron a amenazar con no ayudar en el futuro para cuando se necesite la aprobación de leyes que van en sintonía con la Ley Bases.
Esto trae a mi mente la siguiente anécdota:
Cuando le presentamos oficialmente la Ley Bases a Patricia Bullrich, la propia Patricia, encantada con la ley, dijo que la cosa no iba a ser fácil porque hasta el mismo PRO en CABA se iba a oponer a que la Ley Bases saliera. No iban entregar sus kioscos. Algo que en ese momento me asombró.
Patricia la tenía clara. Conoce al partido desde adentro.
¡Y miren cómo hoy nos lo está confirmando la realidad!
El PRO se opone con obviedad a la Ley porque, al igual que el peronismo, al final se convirtió en un partido del Estado.
Ese día fue para mí tan significativo que sigo recordando detalles de esa presentación. Fue de noche y en la casa de Federico. Él, su mujer y los hijos oficiaron de anfitriones. A mí me tocó hablar primero.
Yo en ese momento sentí lo que sospecho habrán sentido los revolucionarios de 1810 cuando se juntaron en la casa de los Thompson para planear lo que se venía: que estábamos participando de la revolución. Porque la Ley Bases es una REVOLUCIÓN. Una revolución que viene a cortar las gruesas cadenas que nos puso este Estado esclavista, opresor y corrupto, del que seguimos siendo víctimas, todo para que sus maxikiosqueros sigan viviendo como reyes.
Al otro día de la presentación Federico publicó en las redes de qué iba la Ley Bases, con foto incluida de esa gran pila de papeles. Y Milei inmediatamente recogió el guante diciendo que estaba impactado con la Ley y que se ilusionaba con hacerla realidad.
La alegría que sentí cuando vi el tuit fue inmensa porque a Javier lo vengo bancando desde que apareció y siempre intuí que él, Federico y Patricia iban a terminar trabajando juntos. Ese era el verdadero equipo a conformar. No con el PRO. Para mi alegría el tiempo me dio la razón.
Recuerdo que a los pocos días de la presentación de la Ley Bases, Alejandro Rozitchner, de quien soy amigo, festejó su cumpleaños. La memoria es falaz pero creo sin temor a equivocarme que fue un sábado 23 de septiembre de 2023. Esa noche hablé bastante con Federico y recuerdo que nos fuimos al mismo tiempo de la fiesta. En la calle nos volvimos a alegrar por lo que había pasado con Milei, que había hablado maravillas de la Ley Bases, y ambos sentimos lo mismo: que la Ley Bases tarde o temprano iba a ser una realidad. Los dos estábamos seguros de que Massa no iba a ganar porque el peronismo era un partido sin futuro. Había perdido para siempre a la juventud y esto es algo que en lo personal lo viví en carne propia en muchas de las marchas que hubo en apoyo a Milei. Casi todos eran jóvenes y muchos de ellos venían del conurbano más profundo.
Por eso, viendo lo que está haciendo hoy Javier, siento una inmensa alegría. Con esa motosierra que lleva en la mano, que simboliza de manera inequívoca la Ley Bases, para que la revolución suceda, está cortando las anchas cadenas y liberándonos del mayor esclavista y corruptor de todos los tiempos: el Estado.
Desde luego que semejante grosor no se puede cortar en un año y medio, pero ya tan sólo por lo que viene haciendo hasta ahora merece mi apoyo irrestricto.
Repasemos algunas de las cosas que hizo en un año y medio:
1- Apagó la maquinita de emitir.
2- Logró achicar el gasto público un 30 %.
3- Logró que tengamos por primera vez superávit, ¡y pagando la deuda! Porque está pagando parte de la deuda que dejaron los gobiernos anteriores, que dejaron 500.000 millones de dólares de deuda pública.
4- Eliminó los controles cambiarios y consiguió por primera vez en la historia que tengamos dólar flotante.
5- Está haciendo que baje la inflación con el objetivo de terminar en breve con la inflación para siempre. Algo impensado para la Argentina que viene padeciendo inflación desde 1946, cuando Perón cambió la Carta Orgánica del BCRA para darle a la maquinita.
6- Está eliminando impuestos, tributos y regulaciones.
7- Eliminó ministerios y organismos.
8- Eliminó el control de precios.
9- Eliminó el control de importaciones.
10- Terminó con los piquetes y sacó del medio a los gerentes paraestatales de la pobreza.
11- Hizo que pudiésemos usar las tarjetas argentinas para compras en el exterior.
12- Impulsó la reforma para parar la inmigración ilegal, prohibiendo el ingreso de quienes fueron condenados por la Justicia. Obligando además a los inmigrantes ilegales, residentes transitorios y temporales, a pagar por servicios de salud; y a los turistas a tener seguro médico.
13- Le quitó los planes sociales a los presos.
14- Permitió a las universidades nacionales cobrarles educación a los extranjeros. Que es lo que nos hacen a nosotros afuera.
Etc, etc, etc.
¡Todo esto en un año y medio!
¡Cómo no apoyar lo que está haciendo!
Sería un acto de mezquindad y cobardía no hacerlo.
Es curioso porque en las redes me viven puteando porque apoyo de manera explícita a Milei.
Me acusan de chupaculo de Javier.
No, los chupaculos son quienes no lo apoyan, que les parece bien seguir viviendo en la mierda. Porque los números son inapelables. Quienes nos gobernaron hasta el 2023 dejaron a la Argentina hecha mierda. Los datos son los datos.
Por eso voy a seguir poniendo el hombro. Porque por primera vez estoy asistiendo a una revolución, fruto de un colapso sistémico, donde quienes hoy gobiernan están cortando de verdad las cadenas de este Estado esclavistas y opresor. Imposible no entusiasmarme.
No me importa el costo que tenga que pagar. Primero está la libertad. O sea la patria.
Voy a hacerles una confesión:
Cuando me convocaron para conducir el acto de cierre de campaña de La Libertad Avanza por las elecciones legislativas en CABA, sin dudar dije que sí por el cariño personal que le tengo a Javier y a la Ley Bases, que ya son lo mismo.
Además de que siempre estuvo en mi cabeza hacerlo gratis, como cuando me sumé a la Ley Bases, lo maravilloso fue que del otro lado ni siquiera me dieron un texto a decir como maestro de ceremonias. Me propusieron que dijera lo que se me cantara.
¡Viva la libertad, carajo! ¡Y siempre!
Cuando le conté luego esto a un amigo que apoya a Javier, me confesó:
—Yo no hubiera aceptado. Porque yo lo apoyo con reservas, porque alguna cosa tengo a Javier para criticarle.
Me lo dijo y acto seguido me reí internamente.
Cada vez estoy más convencido de que la crítica es una jactancia para sentirnos moralmente superiores.
Es más, cada vez estoy más convencido de que la crítica es un goce histérico.
Porque el que critica goza con buscar defectos como si él no los tuviera, para maximizarlo y quedarse sólo con eso. Y de esa forma siempre sentirte moralmente superior al otro.
En la inconformidad permanente encuentra el enorme beneficio de estar eximido de tener que poner el hombro que lo haría quedar pegado.
Delega esa tarea a los que considera impuros para que ellos se sacrifiquen por él y así él nunca tener que ponerse en riesgo. O sea, le exige a Javier que termine con los saqueadores de las Cajas estatales, sin poner en riesgo la cajita propia.
Cuando pienso en nuestros verdaderos patriotas lo primero que me viene a la mente es justamente todo lo contrario: no se privilegiaron, le pusieron el cuerpo sin pensar nunca en la propia.
Obvio que este gobierno no es perfecto, pero ningún gobierno lo es porque ninguno de los que estamos acá es perfecto.
Nadie mea agua bendita.
Pero una cosa es no mear agua bendita y otra cosa es mear el arroyo Matanza. Que es lo que ha hecho históricamente el peronismo y sus tristes sucursales.
Acá hay una persona que está haciendo un sacrificio por momentos inhumano. No es joda ser presidente. Es ser pararrayos.
Por eso, quienes creemos en esto que Javier está haciendo, debemos apoyarlo sin especulaciones. O sea, sin hacer política.
Qué ironía. Al final quienes temen enchastrarse con la política son los que más política hacen: especulan para mantener sus zapatitos por siempre blancos.
A los zapatitos hay que embarrarlos. De eso se trata salir a la cancha. De convivir con el barro.
Aunque a veces tengas que pasar por Cancha Rayada.
Es como cuando elegís a alguien para formar una pareja. Privilegiás las virtudes, que son muchas y por eso la elegís, sin subrayar los defectos. Para que la unión sea posible y de esa forma juntos poder construir un futuro.
Yo por mi mujer lo doy todo, sin condicionamientos.
Yo por la Ley Bases también lo doy todo, sin condicionamientos.
La fácil sería solamente seguir filmando o escribiendo novelas cómodamente en mi casa de Belgrano R, sin entregar mi kiosco.
Yo prefiero jugármela y cantar:
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi kiosco hoy.
Kiosco que en realidad entregué hace muchos años, cuando me puse a estudiar y vi cómo funciona este sistema perverso que incluye también al kiosco del arte.
Y pasó lo inevitable: cuando te enterás de la verdad ya no podés seguir mintiéndote.
Por eso con mucha alegría y convicción lo apoyo. Porque con hechos, Milei me está demostrando que vino a desimpuestar a la Argentina para terminar con la esclavitud y la corrupción del presente.
Porque ya lo sabemos: los impuestos son las cadenas que, amparado en una perversa legalidad, nos impone el Estado para hacer cajas, y saquearnos hasta empobrecernos.
Entonces, ¡¿cómo no voy a apoyar esta desimpuestación?!
Si trabajamos entre 7 y 8 meses para el Estado a cambio de casi nada.
Sería de mezquino y cobarde no apoyarlo en este momento que Javier nos necesita.
Yo le huyo deliberadamente a la mezquindad y a la cobardía.
Incluso cuando la repregunta de quienes no quieren poner el hombro sea:
—Frente a lo bueno que está haciendo Milei, ¿qué es lo que no te gusta de Javier?
Mi respuesta es:
—Sólo pienso en la Ley Bases, que me hace seguir queriéndolo.