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Histórico: la Ciudad puso en marcha el protocolo para prevenir abortos
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Jorge Macri con referentes provida puso en marcha el protocolo de los 1000 días de acompañamiento a las madres.
La Ciudad es finalmente el primer distrito en poner en marcha activamente con financiamiento y capital humano el protocolo de los 1000 días. En la Maternidad Sardá, en pleno Parque Patricios, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó oficialmente el Protocolo de Acompañamiento de la Embarazada en Situación de Vulnerabilidad, es el primer distrito en poner en actividad con profesionales especiales y acompañamiento a las embarazadas del país. Habrá entonces menos abortos en Buenos Aires.
Se trata de una política pública pionera en el país, que busca garantizar que ninguna mujer enfrente sola un embarazo y que las familias cuenten con el respaldo necesario para llevarlo adelante. El jefe de Gobierno, Jorge Macri, encabezó el acto junto a la vicejefa Clara Muzzio, el ministro de Desarrollo Humano, Gabriel Mraida, y el ministro de Salud, Fernán Quirós.
El programa, elaborado por el Consejo Asesor del Ministerio de Desarrollo Humano de la Ciudad, apunta a ofrecer acompañamiento integral durante el embarazo y en los primeros dos años de vida del niño. La meta es clara: prevenir abortos por causas sociales y garantizar que cada niño nazca y crezca en un entorno de cuidado y contención. El protocolo contempla un trabajo conjunto entre equipos médicos, psicólogos, trabajadores sociales y organizaciones de la sociedad civil, con seguimiento personalizado de cada caso.
En el acto, se destacó la participación de instituciones y referentes que trabajaron en la redacción y puesta en marcha del protocolo. Estuvieron presentes Evelyn Rodríguez, de la Red de Acompañamiento a la Mujer, y Guadalupe Videla, de la organización Cuidando Vidas, además de consejeros como Rodrigo Fernández Madero, Gloria Vergara del Carril y Leandro Sayans. Por el Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad asistió su presidenta, Victoria Morales Gorleri, junto a representantes de universidades y ONGs con experiencia en la protección de la maternidad y la infancia.
Según datos oficiales, la Ciudad de Buenos Aires es el primer distrito del país en implementar un protocolo integral de este tipo, que no sólo contempla la asistencia médica, sino también la mejora de las condiciones sociales y económicas de las madres. Esto incluye acceso a controles prenatales, apoyo psicológico, ayuda alimentaria, orientación legal y capacitación laboral. El seguimiento se extiende a los primeros 1000 días del niño —desde la concepción hasta los dos años—, una etapa clave para su desarrollo físico y emocional.
El director de la Maternidad Sardá, Rubén Almada, subrayó que “no se trata solo de evitar abortos, sino de construir una red de contención real que permita a las madres y sus hijos un comienzo digno y seguro”. Por su parte, Jorge Macri enfatizó que este protocolo es una política pública “que no mira ideologías, sino vidas concretas que necesitan apoyo hoy”.
También estuvieron presentes Mariano D´Onofrio y Rodrigo Toledo, miembros del Consejo Asesor del Ministerio de Desarrollo Humano de la Ciudad, María del Rosario Romero Victorica de del Sel de la Universidad Austral, y Josefina Castellano de Unidad Provida junto al Dr. Rubén Almada, director de la Maternidad Sardá y a Patricio Andrés Scarzella, jefe de gabinete y uno de los propulsores de este programa.
La implementación se apoyará en un sistema de derivaciones rápidas, capacitaciones para personal sanitario y un registro unificado para asegurar el seguimiento de cada caso. Organizaciones con experiencia en el acompañamiento de mujeres en situación de vulnerabilidad participarán de forma activa, aportando profesionales y recursos. “Queremos que ninguna mujer sienta que está sola o que no tiene opciones”, remarcaron desde el Ministerio de Desarrollo Humano.
El protocolo también prevé campañas de difusión para que las embarazadas conozcan sus derechos y sepan dónde acudir para recibir asistencia. La idea es que la contención no se limite a lo médico, sino que incluya el acceso a vivienda, alimentación, educación y oportunidades laborales para las familias.
La puesta en marcha del programa de los 1000 días en la Ciudad marca un paso importante en la agenda de políticas sociales y de salud pública. Si bien el desafío es enorme, la articulación entre Estado, instituciones médicas y organizaciones de la sociedad civil abre la puerta a un modelo de acompañamiento que podría replicarse en otras jurisdicciones del país.