Un desafío que persiste
Historia de la pobreza en Argentina

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Un recorrido histórico de la pobreza en nuestro país, desde la época colonial hasta la actualidad.
La pobreza en Argentina ha sido una constante que atraviesa la historia del país, desde su época colonial hasta los días actuales. El contexto económico, político y social ha sido determinante en la perpetuación de la desigualdad y la pobreza en diversos momentos históricos, lo que ha generado una paradoja: un país rico en recursos naturales, pero con altos niveles de pobreza en varios periodos de su historia.
La época colonial: El sistema de clases
Durante la época colonial, la sociedad argentina estaba organizada bajo un rígido sistema de clases. La aristocracia española controlaba la economía, mientras que las clases bajas, compuestas principalmente por indígenas, mestizos y esclavos, vivían en condiciones precarias. La agricultura y la ganadería eran las principales fuentes de riqueza, pero los recursos eran explotados principalmente para beneficiar a la metrópoli, lo que dejaba a las clases subalternas en una situación de escasez y dependencia. La falta de derechos y la explotación laboral fueron las características que definieron a la pobreza durante este periodo.
El siglo XIX: La Independencia y la lucha por la organización
Con la independencia de Argentina en 1816, el país comenzó un largo proceso de organización política y económica. La pobreza continuó siendo un problema central. Durante el mandato de Juan Manuel de Rosas (1829-1852), el país experimentó un sistema federal que profundizó las desigualdades, con un campo gobernado por élites terratenientes y una ciudad capital que, aunque en crecimiento, seguía siendo un lugar donde las clases populares no tenían acceso a los beneficios del progreso económico.
Las primeras décadas tras la independencia estuvieron marcadas por la lucha por el poder entre unitarios y federales, lo que generó inestabilidad y afectó aún más a las clases más bajas. A mediados del siglo XIX, con la consolidación del modelo agroexportador, la Argentina experimentó una rápida expansión económica, pero los beneficios fueron desiguales. La tierra, una de las principales fuentes de riqueza, estaba concentrada en manos de pocos, mientras que la mayoría de la población, en su mayoría rural, vivía en la pobreza.
La llegada del siglo XX: El modelo agroexportador y la industrialización
Con la llegada del siglo XX, Argentina vivió un proceso de crecimiento económico impulsado por la exportación de granos y carnes, lo que le permitió convertirse en uno de los países más ricos del mundo en términos de Producto Bruto Interno (PBI) per cápita. Sin embargo, este crecimiento estuvo marcado por la concentración de la riqueza en pocas manos, mientras que vastos sectores de la población seguían excluidos del desarrollo.
La pobreza rural era un tema central. En las provincias del interior, la falta de acceso a servicios básicos como la educación, la salud y la vivienda mantenía a las familias en condiciones de extrema vulnerabilidad. En las ciudades, la inmigración masiva trajo consigo una gran cantidad de trabajadores dispuestos a ocupar empleos mal remunerados, y la pobreza urbana comenzó a crecer a la par del crecimiento de las grandes ciudades.
En el período de 1930, con la crisis mundial, Argentina comenzó a experimentar una serie de crisis económicas que afectaron aún más a los sectores populares. La llegada del peronismo en 1946 trajo consigo una serie de políticas sociales que intentaron mejorar las condiciones de vida de las clases más bajas, con la creación de programas de salud, educación y trabajo, pero la pobreza seguía siendo un problema estructural, alimentado por las fluctuaciones económicas y la falta de acceso equitativo a los recursos.
La crisis de los años 80 y 90: La hiperinflación y el neoliberalismo
Las décadas de 1980 y 1990 estuvieron marcadas por la crisis económica. La hiperinflación de 1989 y la consecuente crisis social desbordaron la capacidad del Estado para mitigar los efectos de la pobreza. A su vez, las políticas de privatización, desregulación y apertura económica implementadas durante la presidencia de Carlos Menem (1989-1999) favorecieron a los sectores más ricos, mientras que las clases populares sufrieron un proceso de empobrecimiento acelerado.
La pobreza se incrementó, especialmente en las grandes ciudades, donde la migración interna desplazó a muchas personas desde las zonas rurales en busca de mejores oportunidades, solo para encontrarse con la dura realidad de la falta de empleos dignos y condiciones de vida precarias.
El nuevo milenio: Crisis de 2001 y sus secuelas
El colapso económico de 2001 marcó un punto álgido en la historia de la pobreza en Argentina. La crisis financiera y la devaluación del peso llevaron a millones de argentinos a perder sus ahorros, y la pobreza se disparó. En ese momento, casi el 65% de la población vivía por debajo de la línea de pobreza. La crisis también profundizó las desigualdades sociales, afectando especialmente a las personas que ya vivían en condiciones vulnerables. A pesar de los esfuerzos por parte de gobiernos posteriores para recuperar la estabilidad económica, la pobreza se mantuvo en niveles altos durante la década siguiente.
Argentina hoy: Desigualdad persistente
A pesar de los avances en los últimos años, la pobreza sigue siendo un problema estructural en Argentina. La brecha entre los sectores más ricos y más pobres sigue siendo amplia, y la distribución de la riqueza sigue siendo desigual. Los altos índices de inflación, la falta de empleo formal y la precarización laboral son factores que siguen afectando a millones de argentinos.
El futuro de la pobreza en Argentina depende de la capacidad del Estado para implementar políticas públicas inclusivas que apunten a la redistribución de la riqueza, al acceso universal a la educación, la salud y la vivienda, y a la creación de empleos dignos para la población más vulnerable.
La pobreza en Argentina es una problemática que tiene raíces profundas y que ha sido exacerbada por diversos factores a lo largo de la historia. Desde los primeros años de la colonia hasta el presente, el país ha atravesado periodos de crecimiento económico que no han logrado erradicar la pobreza de manera significativa.