Cambios de Gabinete
Entra Santilli, sale Macri: un enroque que sella la ruptura del PRO

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Santilli desembarca con diálogo y confianza plena de Karina y Javier Milei. La desconfianza de Macri y un final cantado.
Todo es hostil en la relación de Mauricio Macri con el Gobierno. El convencimiento de que todo estaba orquestado y hubo un acting de diálogo es una idea que Macri no se saca ni se va a sacar de la cabeza. Olvidar y dar vuelta la página nunca fue su fuerte. No hubo entendimiento, no logró retener al hombre que más respetaba de LLA y para peor, Diego Santilli, tal vez el macrista que menos quiere después de Horacio Rodriguez Larreta, volvió a nacer y es parte del gabinete nacional. Escenario de difícil retorno en términos de confiabilidad.
Mauricio Macri tiene hoy respeto intelectual por Javier Milei y entiende y valora a Karina Milei cada vez más. No sucede lo mismo con Santiago Caputo, a quien considera un pragmático sin límites y capaz de acordar con cualquier sector de la política para llevar a cabo un plan. No había un peor candidato para asumir tras la deserción de Guillermo Francos que Diego Santilli, tal es así, que el ex presidente tiene una frase lapidaria que describe con precisión quirúrgica su concepto del contador: “no le escuché una buena idea en veinte años”. Nunca le tuvo confianza y lo pensó esencialmente oportunista.
Macri está convencido de que no se puede confiar en nada que roce la figura de Santiago Caputo, lo cree hábil y estratégico, pero esencialmente capaz de mentirle a él y a cualquiera. Guillermo Francos había conversado sobre el tema con Mauricio Macri, la figura del asesor externo lo irritaba y repetía su fatiga sobre un joven 30 años menor que minaba su gestión con acuerdos de palabra pero que luego debía firmar el propio Francos. Algo de eso determinó sus rimbombantes declaraciones previas a la elección y su salida.
Mauricio Macri tomó tanta distancia de los díscolos amarillos que ni un “like” le dejó Santilli a su deseo de buena gestión. Le recordó Macri, con tino y una dosis alta de factura, que es del PRO. Es el caso de un peronista de los noventa que mira los sesenta de cerca y que se sumó tras una gestión en Diputados por el PJ porteño de Eduardo Valdés y Carlos Korach. Compromiso para el Cambio para ser vicepresidente del Instituo de Previsión Social, legislador porteño, diputado nacional, senador nacional, ministro de Espacio Público, Director del Banco Ciudad y hasta Director de Planeamiento de la Secretaría de Producción y Servicios. Es decir, un hombre al servicio del espacio.
Diego Santilli no miente. Alguna vez le dijo a este cronista en un almuerzo informal: “Si Macri no me elige para ser vice, el lunes empiezo a trabajar para mí”. Maria Eugenia Vidal fue vice y Santilli cumplió. Patricia Bullrich dijo en la Derecha Fest días atrás: “por fin llegó un presidente con pelotas”. Quien quiera oir, ya sabe.
Nancy Pazos fue su mujer y tal vez la piedra en el zapato más grande que logró sacarse en 2014. Mauricio Macri la despreciaba, la des invitaba a eventos y celebraron su divorcio por su vulgaridad extrema y su estridencia inoportuna. Ese festejo se replicó en todo el PRO y esencialmente en la familia Santilli. Las diatribas y malas formas de la ahora empresaria kirchnerista le valieron el rencor del ecosistema entero de la política hasta que logró incrustarse en el cristinismo dos años atrás. Santilli sonrie con Analía Maiorana, mientras Pazos dice en televisión que su ex es mala influencia para sus hijos. Nada cambió, el rencor y resentimiento por inferioridad social le marcaron el camino a la comunicadora desde joven.
Con Santilli llega el diálogo, los vínculos con todos los gobernadores, incluido Ricardo Quintela, el más malo de los malos en el mundo libertario. Compartieron militancia peronista y presencia en Diputados cuando jóvenes. Eran tiempos del Choclo Alasino, caída de la Alianza y un Peronismo menemista que los encontraba del mismo lado. Se supone que hoy están enfrentados, pero si hay algo que Santilli demostró en su carrera, es que se puede discutir si el agua moja si el proyecto político lo requiere.
Este ingreso plantea una serie de interrogantes: ¿qué piensa la base votante de LLA sobre la candidatura ahora corroborada testimonial de Diego Santilli en Buenos Aires? Repasando los últimos acontecimientos, dos de los tres candidatos que eligieron en la boleta dos domingos atrás, no serán Diputados. Lo mismo corre para Manuel Adorni, quien no será legislador a pesar de la sorpresa que lo encontró preparando un proyecto de ley que quedará archivado hasta nuevo aviso.
La Libertad Avanza precisa que una parte de la casta se torne violeta para avanzar, consolidar un equipo de trabajo y producir cambios culturales en una sociedad que no le cree a la política, que muchas veces desprecia la política y que no está dispuesta a desilusionarse una vez más. ¿Cuánto tiempo falta para que Santiago Caputo busque un acuerdo con un gobernador que no tenga el visto bueno de Adorni ni Karina Milei? ¿Qué temperatura está dispuesto a soportar el triángulo de hierro si Karina Milei no coincide con Caputo pero sí con el jefe de Gabinete?
