Comunicado mundial
El vino es cultura, no una amenaza: fuerte reclamo de la Academia Internacional del Vino

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Llamado de la International Wine Academy a los Jefes de Estado y de Gobierno presentes en la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas.
Sin mucho más que agregar, desde Maridaje, nuestro pequeño espacio dedicado a comunicar y compartir la pasión por el vino, queremos sumarnos y apoyar esta petición, que merece ser vista y analizada con atención.
Todo lo expresado en el documento nos parece valioso y necesario. Seguiremos, como de costumbre, trabajando con el mismo criterio y en esa misma dirección: comunicar el vino desde la cultura, el disfrute, la moderación y el respeto por quienes escriben su historia.
Nos quedamos con esta frase poderosa, que resume nuestro propósito, nuestra cultura y nuestros valores:
“Desnormalizar el vino sería destruir un patrimonio: un legado de la humanidad.
Desnormalizar el vino es elegir la prohibición por sobre la educación y la libertad.”
Aquí compartimos la carta traducida completa:
LLAMAMIENTO DE LA ACADEMIA INTERNACIONAL DEL VINO A LOS JEFES DE ESTADO Y DE GOBIERNO
QUE ASISTIRÁN AL 80.º ANIVERSARIO DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS EN NUEVA YORK
Señoras y señores, jefes de Estado y de Gobierno:
El 25 de septiembre, en el marco de la 4.ª Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles y la promoción de la salud mental y el bienestar, deberán abordar un desafío crucial:
¿Cómo prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles sin negar los fundamentos de nuestras culturas, sin borrar aquello que hace florecer nuestra civilización?
El vino está en el corazón de esta cuestión.
Demasiadas veces se lo reduce a una simple molécula de alcohol. Con excesiva simplicidad, se lo compara con una droga. Pero pocas veces reflexionamos sobre lo que verdaderamente representa.
La Academia Internacional del Vino, cuyos miembros provienen de 20 países diferentes, desea advertir sobre el peligro de reducir el vino a un mero riesgo sanitario, olvidando su dimensión cultural, social y humana.
Esto es lo que está en juego:
DESNORMALIZAR EL VINO SERÍA DESTRUIR UN PATRIMONIO — UN LEGADO DE LA HUMANIDAD
El vino encarna ocho milenios de historia humana: es catalizador de la convivialidad, la alegría y el compartir; es vínculo con la tierra y sus paisajes; es un lenguaje universal que une a las personas —desde Georgia a la Antigua Grecia, desde Oregón hasta la Toscana, desde Francia hasta Nueva Zelanda—.
Único y global a la vez, expresa la paciencia del ser humano ante el tiempo, su humildad frente a la tierra y su deseo de celebrar juntos.
Ofrecer una copa de vino es un gesto de paz, amistad, fraternidad y alegría de estar juntos.
Disfrutar el vino con moderación es defender la cultura del gusto y la mesura, y perpetuar un lazo que une continentes, pueblos y generaciones.
Se trata de apreciar en lugar de abusar, de degustar en lugar de beber.
Implica comprender la salud no solo desde lo físico, sino también a través de los lazos sociales y familiares, del bienestar mental y de la alegría de vivir, porque el vínculo entre felicidad y salud es innegable.
DESNORMALIZAR EL VINO SERÍA NEGAR SUS BENEFICIOS Y CERRAR PREMATURAMENTE EL DEBATE CIENTÍFICO
Un informe reciente de la NASEM (National Academies of Sciences, Engineering, and Medicine, EE. UU.) concluyó que
“en comparación con la abstinencia total, el consumo moderado de alcohol se asocia con una menor mortalidad por todas las causas”.
No pretendemos zanjar el debate científico, pero, como muchos expertos, lamentamos la ausencia de un ensayo clínico aleatorizado a gran escala, único protocolo capaz de fundamentar conclusiones sobre evidencias certificadas y no sobre datos observacionales insuficientes.
DESNORMALIZAR EL VINO ES ELEGIR LA PROHIBICIÓN POR SOBRE LA EDUCACIÓN Y LA LIBERTAD
Somos plenamente conscientes de los peligros del exceso.
Reconocemos la necesidad de prevenir las adicciones, proteger a los más vulnerables y combatir los abusos.
Asumimos esta responsabilidad, pues es a través de la educación que los consumidores aprenden a degustar, comparar y apreciar el vino con moderación, convirtiéndose así en embajadores del equilibrio.
Mediante la educación, creemos posible proteger la libertad individual de disfrutar del vino sin abuso, al mismo tiempo que se promueve la responsabilidad y el control.
El vino expresa su verdad a través de la transmisión del conocimiento, del saber hacer y de la enseñanza de la moderación.
POR ESTAS RAZONES, señoras y señores jefes de Estado y de Gobierno,
les pedimos actuar con equilibrio y matices:
combatir los excesos, pero reconocer el valor de la moderación; prevenir los riesgos, pero preservar el vínculo del ser humano con la tierra; proteger la salud pública, pero respetar la riqueza de las culturas y la fuerza de las tradiciones.
Preservar el vino es defender una civilización, una forma de vida, un patrimonio vivo y universal, una parte de la humanidad transmitida de generación en generación durante miles de años.
En nombre de la Academia Internacional del Vino
Lausana, septiembre de 2025
Guillaume d’Angerville, Presidente – Véronique Sanders, Canciller
www.academievin.org
(Luego sigue la lista de miembros firmantes de la Academia Internacional del Vino, provenientes de distintos países, entre ellos Argentina, Francia, Italia, España, Suiza, Alemania, Chile, Portugal, Grecia, Brasil, Reino Unido y Estados Unidos, entre otros.)
La Academia Internacional del Vino, fundada en 1971, es un grupo de reflexión independiente que reúne a unos cien miembros de más de veinte nacionalidades.
Su objetivo es mejorar las prácticas vitivinícolas y de vinificación, con respeto por la naturaleza y una búsqueda constante de estándares de calidad cada vez más altos.
La Academia desarrolla su labor de forma totalmente independiente de instituciones gubernamentales, autoridades regulatorias e influencias privadas.
Sus miembros son principalmente productores, científicos, sommeliers y comunicadores, admitidos solo por invitación, y todos comparten una misma ética:
producir vinos de origen, arraigados en su terroir, respetuosos de las tradiciones locales, con un compromiso hacia la calidad y la sostenibilidad como fruto de una historia milenaria.
Entre los temas que la Academia aborda regularmente se encuentran el cambio climático, la biodiversidad, la viticultura regenerativa, la captura de carbono, la evolución de los tratamientos fitosanitarios, los hábitos de consumo, y la preservación y enriquecimiento del suelo.
También les comparto este sitio de Laura Catena para que pasen a visitarlo: https://indefenseofwine.com/
Como conclusión quiero decirles que el vino es una expresión de identidad, de lugar, de reunión y no se trata solo de una bebida. Ojalá sigamos recordándoles que educar es siempre mejor que prohibir, y que proteger nuestra cultura es también una forma de cuidar la salud y la libertad.
Fin.
¡Chin Chin!