El Presto amenazó a Karina Milei

Eduardo Miguel Prestofelippo, más conocido como El Presto, volvió a generar controversia con un violento ataque verbal dirigido a Karina Milei, hermana del presidente Javier Milei y actual secretaria general de la Presidencia. El influencer, reconocido por su estilo provocador en redes sociales, no escatimó en insultos ni amenazas, lo que encendió una nueva polémica en el ya tenso mundo libertario.

En esta oportunidad, cargó directamente contra Karina Milei amenazando con difundir datos personales —como su dirección, teléfono, horarios y nombres de sus custodios— con la insinuación de que, si “algún loquito” deseaba ir a buscarla, él facilitaría la información.

No se trata de la primera vez que arremete contra la figura de la funcionaria. En febrero, la expulsión de Ramiro Marra del espacio libertario desató una reacción furibunda del youtuber, quien, según versiones internas, atribuyó la decisión a Karina Milei. Su influencia en el armado del oficialismo la colocó en la mira de El Presto, que descargó su enojo en sus redes.

En esa ocasión, sin mencionar a Karina Milei por su nombre —algo que sus críticos interpretaron como una señal de cobardía—, El Presto se refirió a ella con insultos profundamente misóginos. La tildó de “hija de puta” y, en una frase despectiva cargada de connotaciones sexistas, le dijo que debería “hacerse panqueques y decorar tortas”, buscando minimizar su rol institucional y desacreditarla por su género.

Lo más alarmante del episodio fue el nivel de violencia explícita de sus amenazas. El Presto llegó a afirmar que “se la comería cruda” y que le “arrancaría el hígado” si ella se metía con él o con sus amigos. Este tipo de lenguaje, más cercano a una incitación al odio que a una crítica política, generó un fuerte rechazo incluso dentro de sectores que históricamente lo respaldaban.

A pesar de la gravedad de sus declaraciones, hasta el momento ni Karina Milei ni el entorno presidencial han respondido públicamente. 

Este nuevo episodio deja en evidencia la tensión creciente entre figuras periféricas del espacio libertario y el núcleo duro del poder. Mientras El Presto se ampara en la libertad de expresión, sus amenazas podrían ser analizadas bajo la lupa judicial, ya que exceden largamente el marco de la crítica política.