Fenómeno viral
El nuevo éxito de Coldplay: descubrir la infidelidad en vivo


La irresponsabilidad y el azar podrían terminar con la carrera profesional y la vida privada de dos exitosos ejecutivos.
MADRID (Corresponsal) — En la película Locos de ira (2003), Adam Sandler le pide la mano a su novia, Marisa Tomei, y la escena aparece en las pantallas gigantes de un estadio de béisbol. Un momento romántico y divertido, propio de la ficción hollywoodense.
El miércoles pasado, en un recital de Coldplay, pasó algo parecido. La llamada Kiss Cam mostró “por azar” a Andy Byron, CEO de la compañía Astronomer y su amante, Kristin Cabot, gerente de RR.HH. de la empresa. Ambos trataron de esconderse, pero ya era tarde.
Una asistente al concierto, Grace Springer, tuvo una idea tan o más genial que la Kiss Cam: grabar la escena y publicarla en TikTok. El “éxito” fue rotundo (49 millones de vistas en cuestión de horas). Al otro día, todos hablaban de Byron y Cabot, gracias a ella.
En medio de burlas, “clases de moral” y sesudos análisis de la infidelidad, en mi opinión, hay algo más preocupante. La violación de la privacidad.
Mientras en Locos de ira, las imágenes se difunden con el consentimiento de los involucrados (todo ha sido organizado por el psiquiatra interpretado por Jack Nicholson), en el concierto del miércoles, ni los organizadores ni mucho menos Springer le pidieron permiso a esta pareja de infieles para difundir sus imágenes.
Los genios de marketing de Coldplay dicen que la Kiss Cam toma imágenes al azar entre miles de espectadores y que, claro, cómo se iban a imaginar que entre ellos había una pareja que cometía pecado (ambos debieron renunciar a sus empleos tras el “escándalo” tal como informa El País)
La privacidad importa un cuerno
Me pregunto: ¿Tiene permiso Coldplay para mostrar al público en directo? No. La gente paga por ver a la banda, y no para que se metan en su vida privada. Por supuesto, los genios miran las imágenes antes de pasarlas, pero la privacidad les importa un cuerno (nunca mejor dicho).
En cuanto a Springer, de 28 años, también me pregunto: ¿Tiene derecho a grabar a personas desconocidas y difundir las imágenes en sus redes sociales? No. Al menos en España y en la UE. Incluso en lugares públicos, nadie puede grabar a nadie sin su consentimiento. Es un delito penado con una multa o dos a cinco años de prisión.
Claro que esto vale solo si uno advierte que lo están grabando cuando, por ejemplo, camina por la Plaza del Sol, Preciados o Callao, lugares plagados de teléfonos móviles empuñados por miles de turistas las 24 horas.
Quizás pienses que esto es una pavada. Pero la tecnología permite manipular las imágenes de manera sorprendente y uno podría aparecer en cualquier sitio web sin comerla ni beberla. Esto le ocurrió a una estudiante universitaria que había posado en bikini en una playa para una foto que publicó en sus redes y que, en horas, apareció en un sitio porno.
Por las dudas, la próxima vez que vayas a un concierto de Coldplay, extrema las precauciones. Lleva a tu esposa legítima (por las dudas, ten el acta de matrimonio en el bolsillo). Y si eres un político corrupto (esta es una posibilidad cada vez mayor en España) usa anteojos negros y gorra de béisbol, al mejor estilo Jack Nicholson.