El calvario del juez del triple crimen narco: "Escondí a mis hijos"

El triple crimen narco que se originó en La Matanza con el secuestro de tres jóvenes, una mejor, y tuvo un sanguinario final en Florencio Varela con torturas indescriptibles para las tres, sigue siendo noticia.

Por estas horas, el juez Fernando Pinos Guevara, que tuvo a su cargo la fase inicial de la investigación, afirmó a Newstad que en este momento sus hijos deben estar escondidos y que junto a su familia están evalando irse del país ya que, luego de dos hechos claramente intimidatorios, la seguridad de él y sus seres queridos está en riesgo. 

Este medio ya había publicado que las familias de las víctimas siguen viviendo aterrorizadas, bajo amenazas y movimientos sospechosos a su alrededor.

Ahora, como un último recurso para tratar de estar protegido, Pinos Guevara, está exponiéndose para denunciar que fue víctima de dos robos en las últimas semanas y advirtió que la situación generó un temor concreto por su vida y la de su familia. 

El magistrado es juez de Garantías de La Matanza y tuvo a su cargo la fase inicial de la causa que luego pasó al fuero federal por la complejidad de las bandas criminales involucradas. Pero la falta de protección que denuncia ahora viene de hace casi una década.

En el último hecho los malvivientes no disimularon que se trataba de un mensaje de advertencia. Dejaron patas para arriba la casa de su suegra, una vivienda humilde del conurbano. Había joyas y otros objetos de valor, pero no se llevaron nada, inclusive los dejaron a la vista. No fue un robo. 

Pinos Guevara relató que desde el inicio de su carrera judicial solicitó protección oficial, sin éxito. “Hace 15 años que soy juez y el primer día que asumí pedí custodia. Estuve casi ocho años solicitándola y nunca me fue concedida”, afirmó. Según explicó, el trámite debe realizarse ante el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, a través de la delegación de custodias y puntos fijos de la Policía en cada departamento judicial.

El magistrado sostuvo que realizó múltiples pedidos formales durante años, pero ante la reiterada negativa terminó desistiendo. “Entendí que la idea no era concederme una custodia. Seguir pidiendo algo que me negaban una y otra vez no tenía sentido”, expresó. Sin embargo, los recientes hechos delictivos reavivaron el riesgo y obligaron a adoptar medidas extremas para proteger a su entorno más cercano.

En ese marco, Pinos Guevara reveló que sus hijos debieron trasladarse a otra propiedad y permanecer ocultos, como parte de una lamentable estrategia de resguardo. “Los chicos están escondidos, no están con nosotros en este momento. Estamos tratando de cuidarnos mucho”, insistió.

Recién en las últimas horas, tras los ataques sufridos, se dispuso una custodia policial. “Me pusieron una custodia ayer a la noche. Entiendo que hoy (viernes por la noche) seguirá, pero no sé hasta cuándo. Tampoco me lo aseguraron”, explicó el juez, quien manifestó su preocupación ante la falta de certezas sobre la continuidad de la protección.

Finalmente, el magistrado admitió que la situación lo obliga a replantear su futuro. “Espero que la custodia se mantenga en el tiempo, pero no me lo garantizaron. Tendré que reflexionar sobre nuestro destino, porque la situación es muy complicada, para mi familia y para mí”, concluyó.