El movimiento activa el cuerpo, mejora la autoestima y potencia el deseo.
Ejercicio físico y sexualidad: claves para mejorar el deseo

Coach sexual.

La actividad física fortalece la autoestima y mejora el deseo sexual, generando una vida íntima más plena y saludable.
El ejercicio físico no solo mejora la salud general, también influye directamente en la sexualidad. Mover el cuerpo con regularidad potencia la circulación, libera endorfinas, reduce el estrés y mejora la autoestima. Estos factores aumentan la energía vital, el deseo sexual y la conexión corporal. Para conocer más sobre esta relación, NEWSTAD entrevistó a Natalia Guido, profesora de educación física, que comparte su experiencia diaria con el cuerpo y el movimiento.
¿Notas cambios en el ánimo o la energía de quienes empiezan a entrenar?
Totalmente. Quienes comienzan a moverse sienten más energía y una relajación placentera. Esto se debe a las endorfinas que libera el cerebro. Además, disminuyen síntomas de ansiedad o depresión, que hoy son muy frecuentes.
¿Creés que moverse ayuda a sentirse mejor con el cuerpo, también fuera del gimnasio?
Sí, claro. La actividad regular te hace sentir más ágil y funcional en cualquier contexto. Aumentás fuerza y resistencia, y eso impacta directamente en cómo te desenvolvés en la vida cotidiana.
¿Alguien te ha dicho que al entrenar se siente más vital o con más deseo?
Sí. Al entrenar conectás con tu cuerpo y tu mente. Se liberan hormonas que generan bienestar, placer, mejora de circulación, menos estrés, más autoestima y confianza. Incluso sube la testosterona. Todo eso hace que uno se sienta más pleno y con más ganas de vivir.
¿Creés que el movimiento influye en cómo nos vinculamos con otros?
Sin duda. Moverse cambia el humor, libera tensiones y mejora la conexión con uno mismo. Y cuando estás bien con vos, te vinculás mejor con los demás. Además, entrenar en grupo genera pertenencia y comunidad.
¿Qué le dirías a alguien que perdió la conexión con su cuerpo?
Que no espere estar en forma para empezar. Basta con un paso pequeño y sostenido: una caminata, estirarse, poner música y moverse. El cuerpo tiene memoria, y cuando lo empezás a habitar de nuevo, responde. Se acomoda y te acompaña.
Un cuerpo activo no solo se fortalece: también se vuelve más receptivo, más presente y más disponible para el placer. El movimiento mejora la circulación, activa neurotransmisores como las endorfinas y ayuda a liberar tensiones. Es una herramienta concreta para mejorar la vida sexual y reconectar con el deseo.
Además, la práctica constante de ejercicio puede generar mayor sensibilidad corporal y autoconocimiento, dos aspectos clave para vivir una sexualidad plena. Al desarrollar una relación positiva con el cuerpo, también se cultiva una mejor comunicación íntima y una disposición más abierta al disfrute.
Incluso en personas mayores, el ejercicio moderado ha demostrado mejorar la función sexual, el deseo y la conexión emocional con la pareja. En jóvenes, es un gran aliado para construir seguridad personal y reducir bloqueos ligados al cuerpo o al rendimiento.
**En definitiva, moverse es mucho más.