Sin límites
Dos mujeres de más de 80 que desafían la edad y conquistan la inteligencia artificial

Periodista.
Rosanna Manfredi y María Rosa Lecomte llevan más de 70 años de amistad y comparten una nueva pasión: la inteligencia artificial. A los 80 años, se sumergen en el aprendizaje constante, crean arte digital y planean una muestra. Un testimonio de curiosidad inagotable y amor por el conocimiento que desafía cualquier barrera, incluso la del tiempo.
Rosanna Manfredi, directora y productora audiovisual, y María Rosa Lecomte, profesora de Matemática, Física, Química e Informática en el ITBA, se conocieron en el colegio las Esclavas de Belgrano. Su vínculo, construido sobre valores compartidos como la fe y la familia, se fortaleció con el tiempo. Hoy, esa complicidad las impulsa en una nueva aventura: el universo de la inteligencia artificial.
—Nos complementamos en muchas cosas. Siempre hemos valorado la vida de la misma manera, y eso nos mantiene unidas— cuenta Rosanna.
María Rosa asiente y agrega: —La curiosidad es clave. Nunca dejamos de aprender.
Sumergirse en la inteligencia artificial
—¿Qué las motivó a meterse en este mundo?
Rosanna: —Mi productora siempre estuvo a la vanguardia tecnológica. La inteligencia artificial representa un salto transformador en la producción de imágenes y videos. Me apasiona estar en este remolino.
María Rosa: —Yo, al principio, descreía. Pero Rosanna me mostró un grupo español que alertaba sobre la importancia de la IA en el mundo. Me di cuenta de que o aprendía o el mundo pasaba por otro lado y yo me quedaba afuera.
—¿La edad fue un obstáculo para aprender?
María Rosa: —Nunca. Siempre prioricé estudiar y estar al día. Aprender algo nuevo no tiene edad, aunque sí requiere criterio.
Rosanna: —El desafío no es la edad, sino la actitud.
—¿Cómo fue el proceso de aprendizaje?
Rosanna: —Autodidacta al principio, hasta que encontré un curso de ingeniería de prompts que me cambió la vida.
María Rosa: —Yo aprendo “de segunda mano” gracias a Rosanna. Ella se anota en cursos y me mantiene al tanto de cada novedad.
—¿Qué las sorprendió más?
Rosanna: —Mi primera imagen creada con IA: un robot estilo Pixar para enseñar a leer. Me llevó a dialogar con expertos en educación y repensar la enseñanza desde la raíz.
María Rosa: —Cuando logramos que el resultado se parezca a lo que soñamos. No siempre es así, pero la IA tiene respuestas mágicas y deslumbrantes.
—¿Alguna vez pensaron en rendirse?
—¡Nunca! Es un universo infinito. Todos los días surgen nuevas posibilidades. ¡Recién empezamos! —coinciden ambas.
—¿Qué las hizo seguir adelante?
Rosanna: —Todos los días aprender y sorprenderse del cambio que produce la IA en tu forma de pensar, la sorpresa de descubrir ayer cómo nuestra imagen de “Tango: Caminito” - que dictamos a la IA a través de prompts progresivos para que una pareja bailando tango y que parece una pintura - puede hoy transformarse de imagen a video. Darle movimiento a nuestro dibujo y verlo animarse y bailar… ¡Alucinante!
—¿Cómo se llevaban con la tecnología antes de empezar este desafío?
María Rosa: —Soy “informática” autodidacta, desde que en Argentina todo estaba en pañales en esa área, docente al menos… igualmente, como en todas las cosas hay que actualizarse o la tecnología nos pasa por arriba.
—¿Qué cambios notan en su día a día desde que dominan la IA?
—¡No la dominamos! Poder adentrarnos en este mundo es maravilloso. Estamos viendo que es una gran herramienta que nos da la posibilidad de estudiar un proyecto, analizar y chequear el mercado, ver todo lo que hay que manejar. Nos lleva a investigar temas incluso fuera de la IA para que nuestro desarrollo sea viable. Estamos embarcadas en una idea de hacer Arte Digital de Vanguardia para Espacios Exclusivos, estudiando todo lo que implica concretar ese proyecto con muy buen nivel.
De la experimentación al negocio
—¿Cómo surgió la idea de convertir este conocimiento en un emprendimiento?
Rosanna: —El gen de empresaria siempre estuvo. La IA analizó nuestro trabajo y nos sugirió llevarlo al mundo del arte digital para espacios exclusivos.
María Rosa: —Me sumé sin dudarlo. Es un proyecto que combina arte, tecnología y nuestra experiencia previa.
—¿Qué tipo de imágenes crean?
—Hemos desarrollado series artísticas que pueden adaptarse a distintos entornos: interiores, oficinas, hoteles. Queremos exhibirlas en galerías, virtuales o físicas. Es arte a medida de los sueños de cada persona.
—¿Cómo reaccionó su entorno?
—Pasmados. Pero los que nos conocen saben que cuando nos proponemos algo, lo hacemos. Hasta contagiamos a nuestros familiares: en Navidad, Rosanna organizó una exposición de imágenes y regalamos pendrives con clases grabadas.
El impacto y la mirada al futuro
—¿Qué le dirían a alguien que cree que es "demasiado tarde" para aprender algo nuevo?
Rosanna: —La vida es un aprendizaje constante. La inteligencia es el bien más valioso hoy y nos ayuda a ganar algo precioso: tiempo.
María Rosa: —Nunca es tarde para aprender si tiene un propósito. Lo importante es que te sirva: para monetizarlo, para disfrutarlo o simplemente para no estancarte.
—¿Qué sueñan lograr con este proyecto?
—Difundir esta nueva manera de producir arte con IA y hacer una muestra de alto nivel. El título ya lo tenemos: Arte IA Exclusivo.
—¿Cómo ven el rol de la mujer en la tecnología?
María Rosa: —Hoy, el acceso al área tecnológica depende del mérito, no del género. He visto a muchas mujeres destacarse en este campo. La IA no es ciencia dura inalcanzable, es una herramienta accesible que puede aplicarse en múltiples áreas. Hay un lugar importante para cada una en la IA.
—Si pudieran dejar un mensaje a otras mujeres que dudan en dar un paso hacia algo nuevo, ¿cuál sería?
Rosanna: —Dar un paso siempre abre posibilidades. Quedarse quieta no lleva a ninguna parte.