Estrategias frente al riesgo
Contexto y recomendaciones para invertir de forma inteligente


Ni siquiera las inversiones más seguras están exentas de imponderables. Conocé las claves para proteger tu capital.
Vivimos en un mundo atravesado por la incertidumbre, y pocas situaciones nos enfrentan tanto a ella como invertir. Pero ¿qué es exactamente la incertidumbre? En términos simples, es la imposibilidad de predecir con precisión el resultado de eventos futuros. En el mundo financiero, esto se traduce en no poder anticipar con certeza el rendimiento de una inversión.
Incluso al invertir en instrumentos de renta fija —donde conocemos de antemano los flujos de fondos y la rentabilidad esperada—, pueden surgir factores externos como cambios regulatorios o desastres naturales que afecten el resultado final. Estos imponderables incrementan la sensación de incertidumbre y escapan a cualquier proyección.
Hoy, los mercados globales siguen inmersos en un contexto de elevada volatilidad. Las tensiones comerciales se intensificaron con nuevas políticas arancelarias por parte de Estados Unidos: aranceles del 30% a importaciones desde la Unión Europea y México, así como tarifas aplicadas a países como Japón, Corea del Sur, Canadá y Brasil, y un arancel del 50% al cobre. Esta escalada, impulsada por anuncios del expresidente Trump, alimenta la incertidumbre global, con negociaciones aún abiertas que podrían seguir modificando el mapa del comercio internacional. A esto se suman tensiones geopolíticas y restricciones a la exportación de tecnologías críticas, que están redefiniendo las estrategias comerciales en todo el mundo.
En el plano local, el mercado argentino muestra algunos signos de recuperación. El superávit fiscal primario es un pilar clave en el proceso de desinflación. Sin embargo, los recientes movimientos en las tasas de interés en pesos y la dinámica del tipo de cambio reavivaron la volatilidad y, con ella, la incertidumbre.
Entonces, ¿cómo invertir en este contexto? Estas son algunas claves fundamentales:
1. Diversificar.
Repartir el capital entre diferentes tipos de activos es una de las estrategias más efectivas para gestionar el riesgo. La clásica frase "no pongas todos los huevos en una misma canasta" cobra especial relevancia: si un activo se ve afectado, otros pueden compensar la pérdida, mejorando el rendimiento general de la cartera.
2. Pensar en el largo plazo.
En momentos de alta volatilidad, las inversiones de corto plazo son más susceptibles a los vaivenes del mercado y las noticias. Apostar al largo plazo permite suavizar esas fluctuaciones y mejorar las chances de obtener buenos resultados.
3. Conocer los riesgos.
Antes de invertir, es esencial comprender el instrumento, analizar sus fundamentos y estar al tanto de los riesgos asociados. Contar con un plan de inversión claro nos ayuda a evitar decisiones impulsivas basadas en emociones.
4. Definir el perfil de inversor.
El perfil de un inversor está determinado principalmente por su tolerancia al riesgo, es decir, su capacidad para asumir posibles pérdidas a cambio de mayores rendimientos. También influyen otros factores como el horizonte temporal de inversión, la situación financiera y el nivel de conocimiento.
Existen tres perfiles principales:
Conservador: prioriza la seguridad del capital y prefiere bajas rentabilidades a cambio de menor riesgo.
Moderado: busca un equilibrio entre riesgo y retorno, tolerando ciertas fluctuaciones.
Agresivo: está dispuesto a asumir mayores riesgos en busca de altas rentabilidades.
5. Educación financiera y asesoramiento.
Contar con el acompañamiento de expertos y seguir aprendiendo sobre inversiones es clave para tomar decisiones informadas. En contextos de incertidumbre, la información y el análisis marcan la diferencia.