Escenario
CFK secuestró al Peronismo con su centralidad y nadie sabe cómo escapar

Periodista y Director de Newstad

El Gobierno y la decisión de subirla al ring o no. El Peronismo, una vez más de rehén y el mejor momento para CFK.
Cristina Kirchner tiene un núcleo duro que no es discutible, no lo era hasta ayer, menos que menos lo será a partir de hoy a la mañana. El Peronismo no sabe hasta dónde llega la figura de la ex presidente, pero sí sabe que nadie puede ponerse por encima ni pensar en opacarla en términos electorales: sigue siendo Cristina Kirchner la que teje, bosqueja, opina y define el futuro del movimiento de cara a septiembre. La marcha de ayer marcó los tiempos del año electoral.
El Gobierno ahora sabe que Cristina Kirchner puede estar condenada, presa, con tobillera y encerrada, pero a la vez llenar a una plaza y guionar una narrativa que permita que algunos millones de personas hagan lo que ella diga. No es el 54% del 2011 ni remotamente, pero en Buenos Aires probablemente no sea menos del 25%, lo que define el futuro electoral del distrito más densamente poblado y determinante de la Argentina. No existen los éxitos individuales con Cristina Kirchner jugando en contra en Buenos Aires.
El enorme debate interno que se debe la ex presidente es: hacerse del PJ o tejer un acuerdo a la francesa para evitar que la salvaje derecha liberal que sus ojos ven, se sostenga en el poder. El gusto amargo del extinto, efímero y fracasado Frente de Todos aparece como muñeco a resorte para recordar el desastre que fue ese amor borgeano que ni Cristina supo entender. Pero a la hora de pensar en 2027, indudablemente entiende el Peronismo a partir de hoy a la mañana que será entre muchos integrantes de distintos colectivos que coincidan en un programa amplio, o ver el liberalismo gobernar ocho, doce, dieciséis, y así sucesivamente.
“Nadie, absolutamente nadie puede armar algo por dentro del Peronismo sin el visto bueno de Cristina, ni Juan Schiaretti, ni Axel ni nadie, ayer quedó claro que es ella quien digita una parte del electorado y de ella dependerá si busca manejar o no algo amplio anti Javier Milei o se encierra en el manejo del PJ”. Es la mirada de un peronista Matancero que entiende la diferenciación entre la endogamia o la búsqueda de un nuevo GAN (Gran Acuerdo Nacional) que permita que algún referente vaya a la boleta para cercenar el poder del liberalismo en la próxima contienda electoral.
Cristina Kirchner se podría sentar hoy a la tarde a hacer las listas de cualquier distrito del país, y nadie podría vetar sus nombres: esa es la realidad y no hay debate interno desde el acto de ayer. El interesante desafío es para los que aspiran a sucederla, reemplazarla o superarla; habrá que esperar a que por su propio peso caiga su figura. Nadie podrá opacar por ahora a quien sostenga cincuenta mil personas en Plaza de Mayo con una nota de audio, no es discutible.
Interesante es el incógnito del Gobierno y el poder judicial. Nadie sabe hasta dónde va el caos que puede generar Cristina Kirchner. El Gobierno le baja el precio y la pone en un lugar de dirigente zonal de Buenos Aires con poca injerencia nacional. Es cierto que hoy Cristina Kirchner no es lo que era en 2019, pero sí genera atención la capacidad de movilización. El sindicalismo no acompañó, lo que hubo fueron intendentes, dato interesante a tener en cuenta.
Ahora bien, el Gobierno no puede más que mirar desde afuera y apostar a la división del Peronismo bonaerense, algo que hasta ahora vienen logrando con éxito. El mayor error del Gobierno puede ser pensar que Cristina Kirchner no va a ser determinante en Buenos Aires, tal vez el enemigo sea el gobernador y la mejor estrategia sea ni volver a mencionarla hasta nuevo aviso.
Hay un dato interesante: el acto fue habilitado por el gobierno de la Ciudad, hoy enemistado abiertamente con Javier Milei, en especial por Manuel Adorni, quien ya trabaja para ser jefe de gobierno en treinta meses. Quién se hará cargo de ese acto. Sabe Jorge Macri que la amnesia no es parte del repertorio de los hermanos Milei. Que haber habilitado ese acto es algo parecido a haber contratado al fallido Antoni Gutierrez Rubí como consultor en la campaña sucia tras haber trabajado con Sergio Massa.
Hoy empieza entonces un nuevo año electoral, con Cristina en su mejor momento en mucho tiempo, el Gobierno con todos sus objetivos macro cumplidos, un Peronismo huérfano, dividido y un PRO que debe elegir entre ocupar el rol de rémora o simplemente pasar a la historia.