Lanzamiento provincial
CFK en pánico y obligada a jugar: "los pobres no putean a Javier Milei"

Periodista y Director de Newstad

El final del vínculo con Axel Kicillof y el peligro de perder Buenos Aires. El factor "planeros" y un armado pobre.
Cristina Kirchner no quiere ser candidata. Se lo dijo en enero comiendo a Jorge Ferraresi, el hombre fuerte de la política y la construcción de Avellaneda, uno de los más preocupados por la oleada violeta en Buenos Aires. Dos jugadas del gobierno nacional pusieron, en concreto, al kirchnerismo en alerta: el final de la triangulación de planes sociales con inflación a la baja y la incorporación del PRO como fuerza de empuje en el territorio. Puede perder el Peronismo.
Si hay algo que caracteriza al partido que fundó Juan Perón, es la debilidad por los más chicos. Cristina Kirchner analizó en equipo el impacto del gobierno de Javier Milei en zonas pobres y sectores infantiles. Llegó el terror: no encuentran en encuestas privadas que el repudio o la sensación de pobreza estén ligadas a la figura de Milei. “Eliminaron los que mordían en el medio, eso les dio más plata, aumentaron por encima de la inflación y ahora encima no tienen que ir a las marchas, es lógico que tengamos un desafío por delante”, planteó un dirigente matancero a Newstad.
Hay una serie de interrogantes interesantes en el lanzamiento de Kirchner. Cuál es, por ejemplo, el límite entre la interna con el gobernador para posicionarse y esmerilar el único candidato a la presidencia que tiene el PJ hoy que mide más de cinco puntos. Por otro lado, si naufraga con una mala elección, algo que no sucede desde 1997 en la tercera sección electoral, con qué pergaminos buscará cobijo Máximo Kirchner en dos años cuando pretenda seguir siendo parlamentario para evitar la cárcel. Planteos que se hacen por estas horas algunos peronistas.

Comiendo con Sabino Vaca Narvaja en su departamento de la calle Juncal, ahí donde nunca se halló y a donde nunca debió haber ido, Kirchner explico con distintos interlocutores que Axel Kicillof es como un hijo que no debían pelear, que era el heredero natural. Sabino, que sigue siendo consultado por la gestión actual y habita el coqueto piso donde la política acudía en busca de respuesta. Todos los que allí cenaron, liviano, temprano y sin alcohol, supieron que Máximo Kirchner era la cáscara de las ideas maternales, que con mucha más pasión que intelectualidad como se vio en el Congreso los últimos años.
Kirchner es Tolosa, no Recoleta. Ni ella se sintió cómoda a pesar de sus exuberantes joyas y forzada pronunciación de alta alcurnia, algo que nunca nadie le creyó por que esencialmente ella sabe que no pertenece. Hay algo de inferioridad en Kirchner que no le permitió entender que forzar vocabulario y vestimenta no desemboca en pertenencia. Su figura paterna, un colectivero de la hermosa ciudad de Tolosa, estaría orgulloso de su crecimiento.
Kirchner tiene otro desafio: sabe que su pacto, confirmado por tres jueces, con Horacio Rosatti a través de su operador Silvio Robles no será en vano. El impedimento para que Ariel Lijo sea miembro de la Corte Suprema fue efectivo pero tendrá un costo, esencialmente en causas que tocan al propio Rosatti, pero también al entorno más íntimo de Cristina Kirchner. Habrá novedades que podrán incluso ir al compás de la campaña. Son los vientos que soplan desde Comodoro Py, donde no hay rencor, pero tampoco amnesia.

Algo cambió, el discurso de Cristina Kirchner se tornó agresivo y preocupante, incluso Sergio Massa puso en pausa sus consultorías en Perú para la construcción de un puerto entre otros grandes negocios que lo ocupan estos días, para intentar evitar que la sangre no llegue al rio. No se “pudió", en términos oficiales. Massa espera estoico 2027, donde desde su mirada, con Cristina Kirchner afuera y Kicillof desgastado por el internismo, llegará su gran momento para cumplir con el viejo dicho: “la tercera es la vencida”.
Facundo Tignanelli apuró un tuit con dos años de delay posteando la canción del mundial de Qatar 2022 y la ilusión de tener a Cristina Kirchner jugando. Es amigo personal de Máximo Kirchner y construye la destrucción de Axel Kicillof desde el estilo campechano y austero. No habrá medida en romper al gobernador para posicionar a la ex compañera de Alberto Fernández.
Son casi cinco millones de bonaerenses los que votan, de los cuales un tercio vive entre La Matanza y Lomas de Zamora, ese lugar desde donde Martín Insaurralde prometió ser gobernador hasta que las debilidades del océano mediterráneo fueron más fuertes que la campaña electoral. Pudo más entonces Marbella, y Lomas de Zamora quedó en manos de su íntimo Federico Otermín, quien lo representa en distintos temas de su vida privada.

La campaña será dinámica. Si el gobernador quiere guerra la tendrá. Si elige el silencio, será una indiferencia con sabor a despedida, pero lo que está claro es que Carli Bianco, poco conocido en el Peronismo bonaerense por ser novedoso para algunos, está diseñando la campaña presidencial, no la provincial. Nadie está pensando en el 2025, un error frecuente en el espacio, donde se suele dar por sentado el fracaso ajeno incluso antes de comenzar el partido.
El espacio violeta estará representado en La Matanza por distintos actores. Desde el comunicador “Tronco” de Neura, a Leila Gianni, quien viene caminando el distrito desde su salida del ministerio de Capital Humano. Sebastián Parejas será quien avance en el armado, también hará lo propio Agustin Romo, quien desde su mirada del peronismo de San Miguel buscará instalar la figura de Javier Milei en el Conurbano.
El Peronismo enfrenta los días cuya música más maravillosa será no justamente la del pueblo, sino la de los fallos que le permitan, por ejemplo, evitar que los candidatos hagan campaña desde la privación de la libertad, tal como lo hiciera el propio peronista Luis Ablelardo Patti en los noventa.