El líder de CRA y su visión sobre el futuro del agro
Castagnani "En el agro la juventud juega un papel clave"

Periodista.
En una entrevista exclusiva, el titular de CRA analiza los desafíos económicos y políticos para el campo en este 2025.
Carlos está casado con Laura, es oriundo de Venado Tuerto y formaron una familia compuesta por tres hijos, dos mujeres y un varón. Los tres estudiaron en Buenos Aires, pero los tres volvieron a Venado Tuerto. La mayor de las hijas de Carlos se llama María Inés, es médica, está casada y ya le trajo un nieto. Su segunda hija Noelia se dedica al campo, a la empresa familiar y además sigue los pasos de su padre, es la presidente de la Rural de Venado Tuerto. Carlos Castagnani hijo, el menor, está encaminado para recibirse de contador y también trabaja en la empresa familiar. “La parte agrícola la maneja Noelia y lo referente a la ganadería lo lleva Carlos hijo.
El presidente de CRA tiene una historia larga de gremialismo rural. Conoce de lo que va tranqueras adentro pero también se mueve bien en las rutas y en las reuniones mesas en ministerios y secretarías. Es un gusto charlar con los que viven la situación de la política agropecuaria en primera persona, Carlos me regaló un rato de su tiempo y me contó sobre CRA, la mesa de enlace, las necesidades más urgentes del campo y cuál es su visión para este año 2025.
Carlos, ¿cómo llegaste al gremialismo rural?
Yo siempre digo que era un productor de tranquera adentro, no participaba mucho. Pero un día me invitaron a formar parte de la Comisión Directiva de Venado y, bueno, ahí me entusiasmé. Empecé organizando la exposición rural y, con el tiempo, llegué a ser presidente de la Rural de Venado. Ya en ese rol, participé en CARSFÉ, la entidad provincial que nuclea a las treinta rurales de Santa Fe. Allí fui secretario del doctor Rubén Ferrero cuando él era presidente, y luego me eligieron presidente de CARSFÉ. Fui secretario de Mario Llambías en pleno conflicto por la Resolución 125, secretario en CRA durante los cuatro años de la presidencia de Ferrero, vicepresidente de Jorge Chémes hasta el año pasado y, finalmente, llegué a donde estoy hoy: como presidente de CRA.
¿Qué recuerdos tenés de la época de la Resolución 125?
Tengo recuerdos buenos y malos. Siempre decimos que no quisiéramos que vuelva la 125 porque fue un momento muy difícil. Por un lado, hay cierta nostalgia, pero por otro, espero que no se repita. Lo positivo de esa etapa fue la unión del campo ante una arbitrariedad, no solo en la medida sino en la forma en que se trató al sector. También fue clave el acompañamiento de la comunidad, sin el cual la lucha no hubiera tenido éxito. Las anécdotas de esos días podrían llenar una noche entera: los piquetes, el Congreso, la votación... La Resolución 125 marcó un antes y un después en el gremialismo rural, y además, ahí nació la Mesa de Enlace, que nunca más se dividió y siguió adelante sin importar quién encabezara cada gremial.
¿Creés que el agro aprovechó la fuerza que logró con la 125, o la fue perdiendo?
Más allá de que la Mesa de Enlace sigue activa, hay que entender que son momentos distintos. La unión y el impacto de la Mesa de Enlace en 2008 difícilmente se repitan, porque en aquel entonces hubo una serie de episodios extraordinarios que hoy no están presentes. La actual Mesa de Enlace tiene otra función y creo que la está cumpliendo. Como todo, tiene altibajos. La muerte de Carlos Achetoni golpeó fuerte, pero seguimos trabajando en silencio, reuniéndonos de forma virtual y dialogando semanalmente. Nos enfocamos en los temas en los que coincidimos para trabajar juntos, respetando las diferencias de visión. Lo importante es que el vínculo con las autoridades sigue activo y que se está trabajando bien. La 125 fue algo extraordinario; en aquel momento, estábamos todos pendientes de lo que sucedía.
Sobre tu familia, me contabas cómo los chicos se han involucrado en el sector y en el negocio familiar. Además, tu hija participa en el gremialismo en la Sociedad Rural de Venado. ¿Te gusta que se involucren?
Me encanta. Sé que les quita tiempo, pero también es parte de la vida. Participar en el gremialismo significa poder aportar y defender los derechos del productor ante medidas municipales, provinciales o nacionales que pueden afectarlo. Yo no los impulso directamente, pero los acompaño, porque creo que es bueno participar. Eso te da derecho a opinar. No concibo a un productor —o cualquier miembro de un gremio— que critica en una mesa de bar sin aportar nada. La participación es clave. Lo digo como alguien que antes miraba el gremialismo desde lejos, y ahora lo vivo desde adentro. A los jóvenes de los ateneos siempre les digo que van a atravesar más momentos difíciles y de amargura que de alegría, pero cuando llegan las alegrías, valen mucho.
Estoy completamente de acuerdo contigo. Es fácil opinar desde afuera, todos somos técnicos, árbitros y estrategas, pero cuando hay que ponerse los pantalones y salir a pelearla, es más difícil. Es fundamental comprometerse, tomar el timón y ayudar a sacar adelante las cosas. Y esto no sería posible sin el apoyo de la familia, un aspecto que también merece destacarse. ¿Estuvieron participando en una reunión sobre la inseguridad en el campo? ¿Cómo lo ves? ¿Hay avances en el tema? ¿Hay provincias donde les prestan más atención?
Cada provincia maneja su seguridad de manera distinta; algunas son más efectivas que otras. Lo positivo es que hay una acción concreta desde la Mesa de Enlace. La reunión con Seguridad Nacional se gestó a través de la Mesa de Enlace, y creo que fue el inicio de un trabajo conjunto. Ya tenemos fecha para el próximo encuentro, en el que se puntualizarán los temas clave y se expondrán las problemáticas que los productores nos hacen llegar. Estamos en diálogo con una de las máximas autoridades, lo que nos permite obtener respuestas de manera inmediata sobre lo que se puede hacer y lo que, por ahora, no se puede solucionar. No tendremos una solución absoluta, pero sí podremos colaborar en la búsqueda de alternativas. Una de las principales preocupaciones hoy es la violencia. Antes, los robos en zonas rurales trataban de evitar el contacto con las personas; ahora, la agresión forma parte de la ecuación. La gente está abandonando el campo, y este es otro factor que contribuye al éxodo hacia las ciudades.
Carlos, ¿cómo ves la relación entre la Mesa de Enlace y el gobierno actualmente?
Desde CRA y la Mesa de Enlace mantenemos un diálogo fluido. A veces nos reunimos para conformar mesas de trabajo. Tuvimos un encuentro extraordinario debido a la cuestión de la barrera, y esas instancias son muy valiosas porque permiten que todas las partes se expresen. La relación es buena, aunque haya diferencias en algunos puntos. Creo que eso es normal y hasta positivo, pero el diálogo, hoy por hoy, es constructivo.
La situación actual ha beneficiado al campo con la eliminación del cepo. ¿Pero el valor del dólar no empieza a generar complicaciones nuevamente?
Para la importación, a veces decimos que se alinean todas las variables a favor, pero en este caso están en contra. La cotización del grano está históricamente baja, lo que impacta negativamente en la rentabilidad del productor. Aunque siempre pedimos la eliminación del cepo, el dólar hoy está en niveles iguales o inferiores a los anteriores. Esto genera incertidumbre en el productor, que analiza si los números realmente cierran. Un dato clave es que el 70% de la agricultura en Argentina se realiza sobre campos alquilados, lo que implica un compromiso inicial de entre 12 y 20 quintales por región. La baja rentabilidad se compensa en la zona núcleo con buenos rindes, pero en otras áreas ha habido pérdidas significativas.
Esperamos que las variables se reacomoden y que los precios internacionales vuelvan a niveles más normales. Actualmente, hay un bajón considerable y mucha incertidumbre por las medidas tomadas por Estados Unidos. Aún no sabemos si habrá una mejora, pero dentro de unas semanas tendremos una mejor perspectiva sobre la situación del mercado.
¿Cómo ves el 2025 para el sector?
El productor nunca baja los brazos. Venimos de dos años de sequía, pero sigue pensando en cómo volver a producir. Es su esencia. Creo que el año traerá expectativas e incógnitas, esperando que ciertas políticas y variables económicas se acomoden. En mis conversaciones con los productores, percibo esa esperanza de que las cosas mejoren.
El agro tiene tecnología extraordinaria y la juventud juega un papel clave. A veces se critica a los jóvenes, pero están profundamente involucrados en las economías regionales y las rurales. Hay una fuerza impresionante en ellos. El año pasado, en el Congreso de Ateneo en Salta, participaron 600 jóvenes. La juventud está presente y hay que darle espacio.
¿Se viene JONAGRO?
Sí, el evento será el 13 de mayo y, gracias a Dios, venimos muy bien con la organización. Hasta diría que sorprendentemente bien. Esperemos que todo salga de la mejor manera. Seguramente nos veremos allí.
Gracias Carlos.