Vaticano
Becciu, el cardenal condenado por corrupción, se bajó del Cónclave
Becciu, condenado e inhabilitado, no participará en la elección papal aunque mantiene su inocencia.
Giovanni Angelo Becciu, condenado por corrupción, anunció que no participará en el cónclave que elegirá al nuevo Papa, aunque reafirmó su inocencia respecto de los cargos que pesan sobre él.
La semana pasada, en declaraciones a un medio italiano, Becciu había manifestado su intención de participar y había sostenido que no podían negarle ese derecho. Sin embargo, no figuraba en la lista oficial de los 135 cardenales menores de 80 años habilitados para votar, pese a que cuenta con 76 años.
En las últimas horas, el cardenal cambió de postura. "He decidido obedecer la voluntad del Papa Francisco, permaneciendo convencido de mi inocencia", afirmó en un documento difundido hoy por Vatican News. Según explicó, su decisión busca anteponer "el bien de la Iglesia" y contribuir a "la comunión y serenidad del Cónclave", en un contexto de particular tensión interna.
Durante las congregaciones generales previas al cónclave, se presentaron dos cartas firmadas por el Papa Francisco —una del año pasado y otra de marzo— que ratificaban la exclusión formal de Becciu de la participación en la elección.
La exclusión del cardenal se produce tras su condena a cinco años y medio de prisión y a la inhabilitación perpetua para ocupar cargos en el Vaticano. El juicio fue considerado histórico: nunca antes un cardenal había sido procesado con tal magnitud dentro de la Santa Sede.
Entre las operaciones investigadas sobresalió la compra irregular de un edificio en Londres con fondos del Óbolo de San Pedro, dinero destinado originalmente a obras de caridad. También se indagó una donación a una ONG dirigida por su hermano, vinculada a Cáritas en Cerdeña.
Hasta 2018, Becciu había sido uno de los funcionarios más influyentes del Vaticano, desempeñándose como prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, un cargo estratégico en los procesos de canonización.
Con su renuncia a participar en el Cónclave, Becciu intenta cerrar un capítulo que amenazaba con empañar uno de los momentos más trascendentales para la Iglesia: la elección del sucesor de Francisco.