Recaldismos
Amigos son los amigos


Unas pocas dosis de odio en una amistad de 56 años de dos amigos entrañables, en la pluma de Diego Recalde. Los amigos.
Fragmentos extraídos del libro escrito por Adolfo Bioy Casares titulado: Borges.
Borges, de Casares, es una suerte de diario íntimo donde Adolfo escribió, desde 1931 y hasta 1989, casi todo lo que fue viviendo día a día.
Algunos sic donde Bioy Casares dice estas cosas de Borges:
“Martes 28 de agosto de 1956:
Como no recordé que hoy él volvía de Santa Fe, no lo invité a comer. Está un poco resentido con mi olvido. A veces tiene una susceptibilidad extrema, casi femenina”.
“Lunes 10 de abril de 1961:
Nunca fue tan afectuoso, nunca fue tan buen amigo conmigo”.
“Martes 24 de septiembre de 1963:
No le gustan mis últimos libros. Pero él no los lee, se los lee su mamá”.
“Martes 3 de enero de 1967.
Es una persona a la que no se le puede decir nada sin que te interrumpa para decir lo que a él se le ocurre”.
“Sábado 30 de octubre de 1971:
En general, no le parecen buenas las ideas que no son suyas”.
“Viernes 29 de diciembre de 1972:
Para él el sexo es sucio. La obscenidad le parece atroz: puta no es la mujer que cobra sino la que se acuesta”.
“Viernes 22 de febrero de 1974:
Es incapaz de escuchar, no permite que terminemos las frases. Las primeras palabras ya le sugieren algo y se siente estimulado para hablar de él”.
“Domingo 16 de enero de 1975:
Sólo quiere hablar él (no escucha, interrumpe). Ya ni le importa que lo oigan: colmo del egocentrismo”.
“Domingo 2 de noviembre de 1975:
Borges me propone el proyecto de publicas obras completas de Borges en colaboración. Libros que escribimos de igual a igual, ahora pasaré a ser un etcétera. Está muy interesado en su proyecto, como en todo lo suyo”.
“Martes 11 de octubre de 1977:
Come en casa Borges. Está con dentadura nueva, grisácea, que le cambia la expresión. Hoy pensaba que fui un privilegiado por tener de interlocutor a Borges: ahora que nos vemos menos extraño mucho nuestras charlas”.
“Viernes 19 de marzo de 1982:
Bioy: —Para la amistad entre dos escritores, conviene que ambos aprueben los libros del otro.
Borges: —No que aprueben. Que se resignen a los libros del otro…”
Es curioso.
Dicho por ellos mismos, a Bioy no le gustaba lo que Borges había escrito antes de que Borges tuviera 30 años y a Borges no le gustaba lo que Bioy había escrito después de los 30 años.
Borges decía que Laurel y Hardy lograron mantener la amistad a lo largo de veinte años porque no permitieron que las respectivas mujeres se conocieran.
Debe ser por eso que Bioy responsabilizó a María Kodama que él y Borges en los últimos años dejaron de verse con la frecuencia en que lo hacían.
¿Y por qué les cuento esto?
Porque hoy es 20 de julio, el día del amigo.
Y Borges y Bioy construyeron una de las amistades más poderosas e indestructibles que dio la literatura.
Se conocieron en 1930 y fue una amistad a primera vista.
Fueron amigos hasta 1986, año en que Borges muere. Es decir que fueron amigos 56 años.
Y hoy yo fui jodido a propósito: sólo puse los días en que se odiaron.
Omití a propósito los días en que se quisieron. Que fueron muchos.
¿Y por qué hice esto?
Porque nunca está demás tener presente que si por momentos odiamos a un amigo, no pasa nada. Somos humanos. El odio, cuando es intermitente, es la contracara del amor. Cuando es permanente es un duelo que no se hizo.
Por eso es importante que dure muy poco. Para que el vínculo crezca y poder construir.
Borges, el diario íntimo de Adolfo Bioy Casares, tiene 1.600 páginas.
Este es todo el odio que hubo entre ambos. No hay más.
Fueron pocas páginas en las que se odiaron.
Por eso juntos pudieron escribir varios libros.
También éste.