Vocación empresarial
ACDE: forjando líderes con identidad y propósito

Periodista

Desde hace más de 70 años, esta organización cristiana forma dirigentes con compromiso social y visión humana.
La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) es una comunidad de ejecutivos, emprendedores, profesionales y empresarios que participa a título personal, con un objetivo claro: ser un ámbito de reflexión y acción empresarial iluminado por los valores del humanismo cristiano.
Fundada en 1952 por un grupo liderado por Enrique Shaw —basado en su convicción de que el empresariado debe ser motor de justicia social y dignidad laboral— ACDE se convirtió desde entonces en un espacio de diálogo ético y compromiso social. Nació como iniciativa de gente vinculada a la Acción Católica, interesada en transformar con integridad las relaciones entre capital y trabajo.
Misión y perfil institucional
La misión de ACDE es ayudar a los líderes empresariales a vivir coherentemente su vocación profesional y su fe. Busca fomentar culturas organizacionales que promuevan:
Respeto y participación, asegurando que la empresa sea una comunidad de crecimiento humano.
Integridad y coherencia, tanto en la persona como en sus acciones públicas.
Estos valores —ejemplaridad, transparencia y bien común— se viven desde adentro: ACDE no es una asociación de empresas, sino de personas comprometidas, que voluntariamente ponen sus actos al servicio de una transformación profunda.
Ámbitos de acción
ACDE opera en múltiples frentes:
- Encuentros y conferencias: espacios como el Encuentro Anual y la Jornada Joven permiten unificar visiones y energías alrededor de temas clave: calidad institucional, innovación, ambiente y roles sociales.
- Programas de acompañamiento: iniciativas como Consejeros y Valores en Acción ofrecen mentoring personalizado para aplicar valores cristianos en el liderazgo corporativo.
- Grupos de afinidad: ACDE Joven, Mujer, G40, Abogados y Sustentabilidad permiten experiencias de pertenencia y fortalecen habilidades desde distintos enfoques profesionales.
- Compromiso social y voluntariado: sus socios protagonizan actividades para promover la cultura empresarial ética y responsable.

Diálogo institucional y presencia global
ACDE integra redes de colaboración incentivando el diálogo intersectorial. Forma parte de la mesa coordinadora del Foro de Convergencia Empresarial, junto a más de 60 entidades, con el objetivo de impulsar políticas que favorezcan la inversión, el empleo formal y la inclusión social.
Asimismo, está adherida al Pacto Global de las Naciones Unidas, compromiso que impulsa los derechos humanos, laborales y ambientales en la actividad empresarial.
En el plano global, ACDE pertenece a UNIAPAC, la Unión Internacional de Empresarios Cristianos, que reúne líderes de más de 40 países y aboga por una economía humanista al servicio del bien común.
Comunidad, historia y futuro
Con más de 1.000 socios activos y setenta años de historia operativa, ACDE es una red federal con alcance nacional. Su gen institucional —la contribución voluntaria y el testimonio personal— es lo que sostiene su eficacia y vigencia.
A lo largo de su formación, ACDE ha impulsado debates clave para la Argentina: desde los primeros congresos sobre capital y trabajo en los años cincuenta, hasta su activa participación en momentos de cambio cultural y organizacional.
Hoy su premisa sigue siendo tan relevante como en sus orígenes: la empresa es vocación y servicio; negocio y comunidad; desarrollo y dignidad.
¿Por qué es relevante para líderes hoy?
En un escenario donde se avanza rápido pero se reflexiona poco, ACDE ofrece una pausa para preguntarse hacia dónde y para quién se lidera. Reivindica la idea de que los valores cristianos no son adorno, sino fundamento ético de toda decisión empresarial. Ofrece una visión de líder que no solo busca rentabilidad, sino también justicia, cohesión y responsabilidad hacia las personas.
El especial de Newstad “LIDERAR CON VALORES” toma a ACDE como ejemplo viviente de cómo profesionalismo y humanidad pueden sostenerse mutuamente, y propone a los lectores empresariales una invitación clara: no hay liderazgo sólido si no está anclado en valores que trasciendan lo meramente económico.
ACDE no sólo ejerce influencia por su red o trayectoria sino por inscribir en la praxis diaria de sus socios la reflexión humanística sobre cómo “convertir la empresa en comunidad”. Este es el núcleo de su aporte: no creer en el liderazgo, sino forjarlo a diario, con sentido y propósito.