Datos con relato
7S: el epitafio del proyecto "Kicillof presidente" rodeado de nadie

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Una gestión rota que va a las urnas sin éxitos para mostrar. El factor CFK y la falta de armadores.
Es el cielo y el infierno, todo junto. El Peronismo secuestró democráticamente Buenos Aires casi el 80% del tiempo los últimos cuarenta años. Maria Eugenia Vidal y Armendáriz salvaron la ropa pejotista para no decir que es todo culpa de ellos, salvo lugares como la pujante Matanza, sin una noche de gobierno no peronista desde su nacimiento. Buenos Aires duele, sin rutas, con pobreza africana, violencia, narco y una clase dirigente paupérrima que no hace más que empeorar el contexto.
Buenos Aires es el lugar más rico de la Argentina, objetivamente. Representa casi 4 de 10 pesos de la riqueza nacional, alberga el 35% de los votos y cobija la mayor cantidad de empresas. La pobreza mira con envidia algunas cifras africanas. UNICEF plantea que la zona subsahariana tiene 40% de pobreza fatal en infantes, mientras que en el Conurbano la cifra alcanza el 62% pero no en la situacion más vulnerable, es decir, estamos un poco menos peor.
Inundó Buenos Aires y con ello las sonrisas del periodismo progresista que le pregunta si cree en el amor y otras incisivas cuestiones. Blender, Gelatina y otros productos financiados con las arcas bonaerenses permiten que jóvenes Rebord o Manu Jove destilen odio contra la derecha mientras militan los muertos por inundaciones en silencio. Eso es la gestión de Kicillof, y los periodistas que lo apañan. Por eso entrevistan a Marcela Pagano, una extinta periodista que supo hacer su carrera de abajo, como dice Rolo Villar.
No hay una arista, un sector, un aspecto que muestre mejora. Hablemos de violencia: en cuanto a homicidios vinculados a robos o en aumento general, un 56 % más de homicidios ocurridos durante robos, y un 25,9 % más de uso de armas en delitos como entraderas o femicidios. Los bonaerenses sufrieron 128.477 robos en 2024, un 18 % más con respecto a 2023, cuando hubo 107.769 casos. En términos de tasa por cada 100 mil habitantes, pasó de 597 a 706, lo que equivale a más o menos 1 robo cada 4 minutos. Esos son los que prometen resolver la inseguridad.
Hablé los últimos meses con dirigentes opositores de todas las secciones electorales. Nunca Buenos Aires estuvo así. Es la sumatoria de los defectos, con crisis de liderazgo, de gestión, un mal equipo y la orfandad propia del que cree que es más sin los padres. En el caso de Kicillof, creyó que podía construir una candidatura presidencial con Cristina Kirchner jubilada, La Cámpora pateando en contra y los intendentes haciendo su juego. Mañana se confirmará que el agua moja, y que Kicillof no podía con ello.
La mística bonaerense se abraza al discurso de Axel Kicillof, quien verá terminar su proyecto presidencial antes del amanecer del lunes. Será la confimación del final, de la necesidad del gobernador de romper con Cristina Kirchner para romperse como candidato a posteriori. La pobreza es estructural, creciente y sin capacidad de reaccion: en los sectores más pobres, casi el 29 % de los hogares están abajo de la lona, sin capacidad para acceder a servicios básicos dignos como agua o conexión a la red de gas.
Carli Bianco no responde mensajes, la provincia no tiene armador. La pobreza crece, las inundaciones desnudan el desastre de la gestión bonaerense. Axel Kicillof no supo consolidar un gabinete, entradas y salidas intempestivas con La Cámpora rompiendo todo, que es lo que sabe hacer la efímera agrupación desde el velorio de Kirchner, eso que les permitió opinar.
Haga patria, no vote los que lo empobrecen y lo sostienen hundido en un contexto de desastre constante.