Crueldad en barrio 21
Manuela: la perrita arrojada a la basura con una bolsa en la cabeza que hoy pelea por su vida

Un vecino la vio cuando la tiraban a un tacho. Estaba desnutrida y casi asfixiada. Hoy lucha por sobrevivir con ayuda.
Por la madrugada del miércoles en el barrio 21, un vecino, de camino al trabajo, fue testigo de algo deplorable: alguien arrojaba a una perra anciana dentro de un contenedor de basura. Desde su lugar, alcanzó a ver que el animal tenía la cabeza envuelta en una bolsa de consorcio.
Tenía que seguir su camino, pero no dudó: mandó un mensaje urgente para alertar sobre lo que acababa de ver. Ese mensaje fue el comienzo del rescate.
Guiadas por las voluntarias de la Asociación Civil Zaguates de Ayuda a Perros y Gatos Abandonados, dos vecinas se acercaron al lugar. Al llegar, se encontraron con una escena desgarradora: una perra muy mayor, famélica, apenas respirando, con la cabeza atrapada en el plástico. Había sido tirada como basura. Abandonada con la clara intención de morir asfixiada en el contenedor o triturada por el camión de la basura.
Sin perder tiempo, la envolvieron en una manta y la llevaron de inmediato a una veterinaria. Allí comenzó una lucha que continúa hasta hoy en manos de Zaguates.
La llamaron Manuela. Y aunque su cuerpo estaba devastado, en ella aún quedaban signos de vida. Aún se le están realizando numerosos estudios con los mejores profesionales, pero se sospecha que sufre artrosis y tiene problemas en los órganos. Además, Manuela está desnutrida y presenta múltiples dolencias crónicas. El brutal golpe por la caída desde el borde del contenedor —casi vacío— posiblemente agravó aún más su estado.
La internación es costosa: solo el canil ronda entre $150.000 y $200.000 por día. A eso se suman las ecografías, placas, consultas con especialistas y la medicación. Y si logra estabilizarse, necesitará fisioterapia y rehabilitación porque perdió masa muscular en algunas extremidades.
Pese a todo, Manuela no está sola. Cerca de 500 personas se sumaron a un grupo de WhatsApp para apadrinarla. Pero la ayuda aún no alcanza. Desde la Asociación piden colaboración económica urgente para poder seguir con el tratamiento.
Las chicas de Zaguates son un grupo de más de 15 mujeres voluntarias que integran una organización sin fines de lucro fundada en 2014 por Dolores y Macarena en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su misión es rescatar, recuperar y dar en adopción responsable a animales en situaciones de riesgo, promoviendo la tenencia responsable y luchando contra el maltrato y abandono animal.
Estas voluntarias realizan su labor sin contar con un refugio físico, operando a través de hogares de tránsito y una red de colaboradores que brindan asistencia en traslados, atención veterinaria y difusión de casos. Su trabajo es completamente a pulmón, sustentado únicamente con la ayuda de la comunidad, mediante donaciones económicas, insumos y tiempo.
Además de rescatar animales, Zaguates organiza campañas de castración, promueve la adopción responsable y brinda tratamientos médicos a perros y gatos que han sufrido situaciones de abandono, maltrato o enfermedades graves. En la actualidad están a cargo de 200 animales, entre perros y gatos, que asisten en hogares de tránsito.
La historia de Manuela duele. Porque habla del abandono, del maltrato, de la crueldad. Pero también habla de otra cosa: de la esperanza que puede nacer a las dos de la mañana, en la oscuridad de un tacho de basura, cuando alguien elige no mirar para otro lado.
Para colaborar con su recuperación o seguir su evolución, se puede visitar la cuenta de Instagram @zaguatesrefugio.